sábado, agosto 26, 2006

PODER INQUISITIVO Y VENGANZA

(...) es dable rescatar el valor de la famosa frase la ciencia no piensa , al menos en el sentido de que sin ética que limite su enemistad con todos los obstáculos al poder, la ciencia camina hacia el Holocausto, lo que equivale a decir que el poder del dominus sin ética, marcha al genocidio y al ecocidio por el camino de la inquisitio.
Esta fue, sin duda, la mayor revolución protagonizada por la inquisición con el reemplazo de la disputatio (establecimiento de la verdad por lucha) por la inquisitio (establecimiento de la verdad por interrogación). Desde esta perspectiva puede afirmarse que la Edad Media no ha terminado y está lejos de terminar. Dependerá de la capacidad humana de transformación del conocimiento, que la inquisitio sea reemplazada algún día por el dialogus, en que el saber no sea ya de dominus sino de frater. Pero la mera perspectiva de este posible cambio civilizatorio muestra la formidable medida en que el problema trasciende el campo de lo penal para convertirse en una cuestión central de la cultura universal. Pretender ignorar esta dimensión y resolver la cuestión como un puro problema de política criminal que es posible liquidar en pocas páginas es una ingenuidad insostenible, o bien, una limitación de conocimiento inadmisible por su altísimo nivel de aislamiento respecto de los otros saberes.
De lo dicho resulta claramente que la enemistad no es sólo –ni mucho menos- una cuestión del poder represivo, sino un condicionamiento cultural del modo de saber inquisitorial, que es propio de la civilización que nació con el poder punitivo y se planetarizó en un proceso creciente a partir de la revolución mercantil y los genocidios colonizadores.
Este saber inquisitorial de dominus se acumula como saber señorial tecnológico en una recta de pretendido progreso lineal e infinito, que condiciona la idea del tiempo que tiene la civilización planetaria: el tiempo lineal. La concepción lineal del tiempo está íntimamente vinculada a la venganza, al punto que de ella depende: la venganza es siempre venganza contra el tiempo, dado que no es posible, en una concepción lineal, hacer que lo que ha sido no haya sido. La venganza es contra lo que fue y ya no puede ser de otro modo ni volver a ser. El humano está preso del tiempo y de su “fue”. La venganza es una necesidad de la concepción lineal del tiempo.

EUGENIO ZAFFARONI, El enemigo en el derecho penal. Fundación para la Capacitación e Investigación Social, 2006.