domingo, diciembre 09, 2018

Algoritmo Universal (o P=NP)

En el año 1936, Francis Scott Fitzgerald(1) escribió: "La prueba de una inteligencia de primer orden es la habilidad de retener en la mente, al mismo tiempo, dos ideas opuestas sin perder la capacidad de funcionar." (Revista Esquire, Febrero 1936). El mismo año, Alan Turing sentó las bases de la computación moderna. Por lo tanto, para alcanzar esta inteligencia, una computadora (o aprendizaje automático) debería pasar "el test de Fitzgerald". Llamemos a "la habilidad para retener en la mente, al mismo tiempo, dos ideas opuestas", como la capacidad de seleccionar una distinción. Si de acuerdo a Niklas Luhmann(2), siguiendo a George Spencer-Brown(3), la distinción comienza un proceso de construcción de complejidad reduciendo la complejidad, y si "en el aprendizaje automático la complejidad está en la data"(4), luego un algoritmo universal debería ser capaz de realizar esta operación de reducción estableciendo distinciones. Propongo llamar a este algoritmo, Algoritmo GDSD: Given Data Set Distinction, donde "set" debería ser leído como "establish", como una orden. Tendría el poder de aplicarse en todos los campos del conocimiento humano.


Bibliografía:

(1) Francis Scott Fitzgerald, El Crack Up. Ed. Crack Up, 2011.

(2) Niklas Luhmann, Introducción a la Teoría de Sistemas. Universidad Iberoamericana, 1996.
 
(3) George Spencer-Brown, Leyes de la Forma. https://www.scribd.com/document/62656928/Spencer-Brown-Leyes-de-La-Forma, 1979.

(4) Pedro Domingos, The Master Algorithm. Basic Books, 2015.


Adicional:

Niklas Luhmann, La Ciencia De La Sociedad. Universidad Iberoamericana, 1996

Héctor Corvalán, https://www.academia.edu/29841631/A_Universal_Algorithm_For_A_Hypothetical_Machine_Learning, 2016.



lunes, junio 09, 2008

SOCIEDADES FUTURAS

Hay algo de lo que hoy se puede estar seguro: la evolución siempre ha actuado en gran medida de forma autodestructiva. A corto y a largo plazo. Poco de lo que ha creado se ha conservado. Esto vale para la mayoría de los seres vivos que existieron un día. Del mismo modo, casi todas las culturas que han determinado la vida humana han desaparecido. El sentido que tuvieron para los que vivieron en ellas apenas es comprensible aún, a pesar de todo el refinamiento en la valoración arqueológico-antropocultural-científico-espiritual de que hoy disponemos. Las mentalidades que un día fueron actuales ya no lo son para nosotros, o en todo caso sólo son comprensibles a través de ficciones altamente artificiales. Sólo nos es posible una relación cuasiturística con esas culturas pasadas. A las obviedades y formas culturales, al "mundo de la vida" de nuestra sociedad le pasará lo mismo. Nadie puede dudar seriamente de ello. No hay que excluir, incluso mirándolo con atención es probable, que los hombres desaparezcan como seres vivos. Quizá se sustituyan a sí mismos por seres vivos humanoides genéticamente superiores. Quizá diezmen o extingan su especie mediante catástrofes autoproducidas. O destruyan de tal modo los auxiliares técnicos que nos son habituales que sólo sigan siendo posibles formas muy elementales de supervivencia. Como siempre, en todo caso las futuras sociedades, si es que las hay sobre la base de comunicación con sentido, vivirán en otro mundo, basado en otras perspectivas y otras preferencias, y en todo caso se asombrarán ante nuestras preocupaciones y nuestros hobbys como ante rarezas con un limitado valor de entretenimiento, si es que quedan rastros de ellas y competencia para leer esos rastros. Semejante futuro nos parece inaceptable, un escenario de horror que sólo podemos disfrutar en forma de ficción porque suponemos que no se dará. Quien contempla lo venidero sin signos de espanto es rechazado por cínico. En la comunicación, esta perspectiva actúa como si hubiera sido inventada para irritar a los otros y para disfrutar con su irritación. El que se tira de la torre Eiffel no puede disfrutar realmente de la caída, porque sabe cómo terminará.

NIKLAS LUHMANN, Observaciones de la modernidad. Ed. Paidós, 1997.

sábado, diciembre 01, 2007

EL ESTABLISHMENT PEDAGÓGICO

La reflexión de los sistemas funcionales sociales no es posible sin que exista una base en los roles sociales. El proceso de diferenciación de un sistema educativo en toda la sociedad y la institucionalización de los respectivos niveles de conciencia también tienen consecuencias considerables en el campo de los roles. Estas consecuencias conducen a la instauración y perpetuación de un establishment pedagógico. Este concepto ha de designar roles y sistemas de roles que se le atribuyen al sistema educativo, pero que no se ocupan directamente, sino sólo de una manera indirecta, de la enseñanza que se lleva a cabo en el campo técnico. Se trata predominantemente de roles para la formación de maestros con los que se asumen simultáneamente funciones de portavoz para intereses específicamente pedagógicos, así como de roles para la investigación pedagógica, y sobre todo referida a la enseñanza, en universidades o instituciones creadas para ese fin. Finalmente, se trata de los departamentos, áreas o secciones de la administración municipal o estatal encabezados por pedagogos, de los especialistas correspondientes en los partidos políticos y las organizaciones eclesiales, así como de los gremios profesionales o sindicatos específicos que representan pública y políticamente los intereses de los maestros en cuanto a remuneración, carrera profesional y reputación (...) Cabe señalar que la continuidad de los roles y la continuidad del establishment se garantizan independientemente de la enseñanza escolar misma (...) El proceso de diferenciación de un establishment generalmente conduce a que su relación con los que participan en la enseñanza se convierta en un problema. El lenguaje y los horizontes temporales divergen. El establishment vive, inaugura, desecha, reformula cambios que en alguna otra parte posiblemente nunca lleguen, o quizás sólo en calidad de interferencia. Mientras que en los niveles superiores se lucha por una revolución o se fracasa con las reformas, los maestros se las tienen que arreglar con libros de texto modificados, decretos nuevos y problemas disciplinarios. Si aumentan tales divergencias, podría surgir la impresión de que la música se toca para el público y no para los bailarines.

NIKLAS LUHMANN, El sistema educativo. Universidad Iberoamericana-Univ. de Guadalajara-ITESO, 1993.

jueves, octubre 25, 2007

PALEOPOLÍTICA

Sólo es posible hablar de paleopolítica si uno empieza por atacar la imagen del mundo y de la historia que adoctrina a los miembros de nuestro hemisferio cultural con una falseada conciencia de calendario. La ideología oficial de la cultura superior, en todas sus variedades, quiere hacernos creer que la auténtica historia, aquella de la que merece ocuparse, no tiene más de cuatro o cinco mil años y que el género esencial en el que estamos obligados a contarnos salió de entre la niebla precisamente entonces, en Egipto, Mesopotamia, China y la India (...) el hombre no tiene más edad que la cultura superior, la humanidad propiamente dicha empieza ya a lo grande. Esta tesis opera en todas partes, pero quizá en ningún lugar se presenta de forma tan desnuda, como allí donde humanistas, teólogos, sociólogos y politólogos toman la palabra para elaborar modelos colectivos eficaces acerca de lo que es ser humano. Todos ellos hacen surgir al "hombre" ya a partir de la ciudad, del Estado o de la nación y, como es propio, no se olvidan de fijar la apariencia civilizada en los cráneos de los pupilos de la cultura. Nunca se podrá insistir bastante en lo falso que ha sido desde siempre este adoctrinamiento, y en lo funestamente que sigue actuando hoy. La obsesión por las culturas superiores es la mentira esencial y el error capital no sólo de la historia y de las humanidades, sino también de la ciencia política y de la psicología. Destruye, al menos como consecuencia última, la unidad de la evolución humana y hace que la conciencia contemporánea salga despedida de la cadena de las innumerables generaciones humanas que han elaborado nuestros "potenciales" genéticos y culturales. Ciega nuestra visión del suceso fundacional, del acontecimiento global que precede a toda cultura superior y respecto del que todos los llamados sucesos históricos no son más que tardías derivaciones: la antropogénesis. El omnipresente superiorismo de la cultura abrevia en un 95 o 98 por ciento, la duración real de la historia de la humanidad, a fin de tener manos libres para un adoctrinamiento antropológico que resulta ideológico en grado sumo: se trata de la doctrina, concebida por clásicos y modernos, del hombre como "ser vivo político". Su sentido es presentar a priori al hombre como un burgués animal de Estado, que necesita, para la plenitud de su esencia, capitales, bibliotecas, catedrales y embajadas. Pero en cuanto superamos esta anulación de la prehistoria queda a la vista una panorámica sobre la constitución milenaria de la humanidad, de la que sólo hace poco se han producido desviaciones notorias; desviaciones cuyos efectos se suman a lo que Levi-Strauss ha llamado "historia caliente". Resulta esencial a la paleopolítica que no presuponga al "hombre", sino que lo genere. Mientras las culturas superiores siempre consideran al hombre como algo ya dado, a fin de disponer de él para trabajos, cargos y funciones, el mundo de la prehistoria está atravesado por la conciencia de que el arte de lo posible consiste en llamar a la vida a nuevos hombres a partir de los más viejos que ya existen, en un mundo mezquino y peligroso. La paleopolítica es el milagro de la repetición del hombre por el hombre. Se ejerce y se logra en un medio que, en alguna medida, parece querer dificultar a los hombres el arte de reponerse en los hijos.

PETER SLOTERDIJK, En el mismo barco. Ed. Siruela, 1994.

domingo, septiembre 23, 2007

EL CIADI

El CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones) es un componente casi desconocido del Grupo del Banco Mundial. Sin embargo, las decisiones que adoptan los tribunales del CIADI están cambiando el curso de las relaciones económicas mundiales. El CIADI es un mecanismo de resolución de controversias en materia de inversiones que otorga a las compañías multinacionales potestades para demandar a los gobiernos si estos imponen leyes o reglamentaciones a nivel nacional que tienen un efecto negativo significativo sobre las ganancias de las compañías. El Banco Mundial organizó este organismo internacional en 1966. Históricamente los países exportadores de capital han usado una serie de incentivos y castigos para proteger los intereses económicos de sus principales empresas en el exterior. La ruptura de los canales diplomáticos determinó a menudo que estos litigios se resolvieran por medio de la fuerza o “diplomacia de las armas“. Estados Unidos tiene una larga historia de envío de tropas a los países en los que las inversiones estadounidenses están amenazadas. El Banco Mundial sostuvo entonces que este mecanismo institucional promovería “flujos crecientes de inversión internacional”. Las compañías multinacionales que invierten en países extranjeros argumentaron que ese era un mecanismo necesario ya que los sistemas judiciales nacionales en los Estados receptores no les brindaban garantías ni protección adecuada. En el derecho internacional, los inversionistas extranjeros no estaban jurídicamente habilitados ni contaban con instrumentos de acción directa contra un gobierno cuando consideraban que sus inversiones eran afectadas negativamente por la acción gubernamental. El CIADI cumplió con las aspiraciones de las grandes compañías al elevarlas a la misma categoría que los Estados en el derecho internacional. Aunque el CIADI fue fundado en 1966, en sus primeros 30 años de existencia se mantuvo prácticamente inactivo. Pasó media década antes que el CIADI oyera su primer caso cuando la Holiday Inns Corporation solicitó arbitraje en un litigio con el gobierno marroquí. En los 25 años siguientes sólo se presentaron unos pocos casos. Hoy hay más de 100 casos pendientes de resolución, con reclamos de indemnización de inversionistas contra gobiernos que se estima ascienden en total a más de US$ 30.000 millones. Dos tercios de todos los casos inversionista-Estado conocidos se presentaron a partir de 2002. Y casi un tercio de los que estaban pendientes a fines de febrero de 2007 (32 de 109) son demandas contra un único país: Argentina.

SARAH ANDERSON-SARA GRUSKY, Desafiar el poder corporativo de los inversionistas. Institute for Policy Studies-Food & Water Watch, 2007.

jueves, septiembre 20, 2007

LA NUEVA INTERNACIONAL

«La nueva Internacional» se refiere a una transformación profunda, proyectada sobre un largo período, del derecho internacional, de sus conceptos y de su campo de intervención. Al igual que el concepto de los derechos humanos se ha determinado lentamente en el transcurso de los siglos a través de múltiples seísmos sociopolíticos (ya se trate del derecho al trabajo o de los derechos económicos, de los derechos de la mujer y del niño, etc.), el derecho internacional debería extender y diversificar su campo hasta incluir en él, si al menos ha de ser consecuente con la idea de la democracia y de los derechos humanos que proclama, el campo económico y social mundial más allá de la soberanía de los Estados y de los Estados-fantasma (...) En contra de la apariencia, lo que decimos aquí no es mero antiestatalismo: en condiciones dadas y limitadas, el super-Estado que podría ser una institución internacional podrá siempre limitar las apropiaciones y las violencias de ciertas fuerzas socioeconómicas privadas. Pero, sin suscribir necesariamente en su totalidad el discurso (por otra parte, complejo, evolutivo, heterogéneo) de la tradición marxista respecto del Estado y su apropiación por una clase dominante, respecto de la distinción entre poder de Estado y aparato de Estado, respecto del fin de lo político, el «fin de la política» o el debilitamiento del Estado y, por otra parte, sin recelar de la idea de lo jurídico en sí misma, aún es posible inspirarse en el «espíritu» marxista para criticar la pretendida autonomía de lo jurídico y denunciar sin descanso el apresamiento de hecho de las autoridades internacionales por potentes Estados-nación, por concentraciones de capital tecno-científico, de capital simbólico y de capital financiero, de capitales de estado y de capitales privados. Una «nueva Internacional» se busca a través de estas crisis del derecho internacional, denuncia ya los límites de un discurso sobre los derechos humanos que seguirá siendo inadecuados, a veces hipócrita, en todo caso formal e inconsecuente consigo mismo mientras la ley del mercado, la «deuda exterior», la desigualdad del desarrollo tecno-científico, militar y económico mantengan una desigualdad efectiva tan monstruosa como la que prevalece hoy, más que nunca, en la historia de la humanidad. Pues, hay que decirlo a gritos, en el momento en que algunos se atreven a neoevangelizar en nombre del ideal de una democracia liberal que, por fin, ha culminado en sí misma como en el ideal de la historia humana: jamás la violencia, la desigualdad, la exclusión, la hambruna y, por tanto, la opresión económica han afectado a tantos seres humanos, en la historia de la tierra y de la humanidad. En lugar de ensalzar el advenimiento del ideal de la democracia liberal y del mercado capitalista en la euforia del fin de la historia (...) no despreciemos nunca esta evidencia macroscópica, hecha de innumerables sufrimientos singulares: ningún progreso permite ignorar que nunca, en términos absolutos, nunca en la tierra tantos hombres, mujeres y niños han sido sojuzgados, conducidos al hambre o exterminados. (Y, provisionalmente pero a disgusto, tendremos que dejar aquí de lado la cuestión, sin embargo indisociable, de lo que está sucediendo con la vida llamada «animal», la vida y la existencia de los «animales» en esta historia. Esta cuestión ha sido siempre seria, pero se volverá masivamente ineluctable). La «nueva Internacional» no es solamente aquello que busca un nuevo derecho internacional a través de estos crímenes. Es un lazo de afinidad, de sufrimiento y de esperanza, un lazo todavía discreto, casi secreto, como hacia 1848, pero cada vez más visible —hay más de una señal de ello—. Es un lazo intempestivo y sin estatuto, sin título y sin nombre, apenas público aunque sin ser clandestino, sin contrato, sin coordinación, sin partido, sin patria, sin comunidad nacional (Internacional antes, a través de y más allá de toda determinación nacional), sin co-ciudadanía, sin pertenencia común a una clase. Lo que se denomina, aquí, con el nombre de nueva Internacional es lo que llama a la amistad de una alianza sin institución entre aquellos que, aunque, en lo sucesivo, ya no crean, o aunque no hayan creído nunca en la Internacional socialista-marxista, en la dictadura del proletariado, en el papel mesiánico-escatológico de la unión universal de los proletarios de todos los países, continúan inspirándose en uno, al menos, de los espíritus de Marx o del marxismo y para aliarse, de un modo nuevo, concreto, real, aunque esta alianza no revista ya la forma del partido o de la internacional obrera sino la de una especie de contra-conjuración, en la crítica (teórica y práctica) del estado del derecho internacional, de los conceptos de Estado y de nación, etc.: para renovar esta crítica y, sobre todo, para radicalizarla.

JACQUES DERRIDA, Espectros de Marx. Ed. Trotta, 1998.

martes, septiembre 18, 2007

ECONOMÍA AMERICANA

Estados Unidos tiene ahora un déficit comercial con todas las partes del mundo. En 2006 (los últimos datos anuales), este déficit alcanzaba los 838.271 millones de dólares. El déficit comercial estadounidense con Europa era de 142.538 millones de dólares. Con Canadá alcanzaba los 75.087 millones. Con América Latina era de 112.579 millones (de los cuales 67.303.000 correspondían al comercio con México). El déficit con Asia y con la región del Pacífico se elevaba a 409.765 millones (de los cuales 223.087.000.000 eran con China y 90.966.000.000 con Japón). Con Oriente Medio el déficit fue de 36.112.000.000, y con África llegó a los 62.192 millones. La preocupación gubernamental durante tres décadas sobre el déficit petrolero estadounidense ha creado la falsa impresión entre los norteamericanos de que una Norteamérica autosuficiente está dañada sólo por la dependencia del petróleo de Oriente Medio. Pero el asunto en cuestión es que el déficit total que mantiene Estados Unidos con la OPEP, una organización que incluye a muchos países tanto dentro como fuera de Oriente Medio, es de 106.260.000.000 o, lo que es lo mismo, alrededor de la octava parte de su déficit comercial anual. Además, Estados Unidos obtiene la mayoría de su crudo fuera de Oriente Medio, y el déficit comercial del país refleja este hecho. Su déficit con Nigeria, México y Venezuela es 3,3 veces mayor que el que tiene con Oriente Medio, a pesar del hecho de que Estados Unidos vende más a Venezuela y 18 veces más a México de lo que exporta a Arabia Saudí. Lo que resulta llamativo de la dependencia de las importaciones estadounidense es que es prácticamente mundial. Los americanos dependen de los alimentos y bebidas extranjeros por 8.975.000.000 de dólares. Los norteamericanos dependen de las provisiones industriales y materiales extranjeros por un monto de 326.459.000.000 –más de tres veces la dependencia respecto de la OPEP-. Los norteamericanos ya no se autoabastecen siquiera para su propio transporte. Son dependientes de las importaciones de automóviles, autopartes y motores por 149.499.000.000 de dólares, o una vez y media más que la dependencia de la OPEP. A parte de la dependencia automotriz, los norteamericanos son 3,4 veces más dependientes de las importaciones de bienes de consumo durables y no durables que de la OPEP. Ya no producen su propia vestimenta, calzado o electrodomésticos, y tienen un déficit comercial en bienes manufacturados de 336.118.000.000 dólares. El “superpoder” estadounidense hasta tiene un déficit en bienes de capital, incluyendo maquinaria, generadores eléctricos, herramientas, ordenadores y equipos de telecomunicaciones. ¿Qué significa que Estados Unidos tenga un déficit comercial de 800 mil millones de dólares? Significa que los americanos están consumiendo 800 mil millones más de lo que producen. ¿Cómo lo pagan? Lo pagan entregando la propiedad de sus activos –reservas, bonos, empresas, bienes raíces-. Ahora EEUU es una nación deudora. Los extranjeros poseen 2.5 billones más de activos americanos que éstos de activos extranjeros. Cuando los extranjeros adquieren la propiedad de activos norteamericanos, también adquieren la propiedad de los futuros flujos de renta que los activos producen. Más renta que se escapa de los norteamericanos. ¿Cuánto tiempo más podrán los norteamericanos consumir más de lo que producen? El exceso de consumo puede continuar mientras la población pueda encontrar formas de enterrarse en más deuda para financiar su consumo y mientras el dólar consiga seguir siendo la moneda de reserva monetaria mundial.

PAUL CRAIG ROBERTS, Economía de EE.UU: RIP. Revista Sin Permiso, sept. 2007.