-La imagen de la disconformidad que nos ofrece una calle, donde todos alzan los pies para alejarse del lugar en que se encuentran.
-El hueco que la obra genial ha producido en nuestro alrededor es un buen lugar para encender nuestra pequeña luz. De allí la inspiración que irradian los genios, la inspiración universal que no sólo nos impulsa a la imitación.
-Sollocé ante el sumario del proceso de una tal Marie Abraham, de veintitrés años, que impelida por la miseria y el hambre estranguló a su hija Barbara, de unos nueve meses de edad, con una corbata de hombre, que le servía de liga y que se desató de la pierna. Una historia absolutamente esquemática.
-No desesperes, ni siquiera ante tu imposibilidad de desesperar. Cuando ya todo parece terminado, aparecen sin embargo nuevas fuerzas, y eso significa justamente que estás vivo. Si no aparecieran, entonces sí todo habría terminado, para siempre.
-Demasiado tarde. La dulzura de la melancolía y del amor. Que me sonriera cuando pasé en el bote. Eso fue lo más hermoso de todo. El deseo constante de morir, y de seguir resistiendo; sólo eso es el amor.
-Estoy al acecho de las imaginaciones. Entro en una habitación, y las encuentro en un rincón, las veo introducirse blancamente unas dentro de otras.
-Los descubrimientos se impusieron a los hombres.
-El efecto que ejerce una cara pacífica, una voz tranquila, especialmente si se trata de un desconocido, a quien uno no ha estudiado todavía a fondo. La voz de Dios en la boca de un hombre.
-Schiller, en alguna parte: Lo principal es (o algo parecido) "transformar la pasión en carácter".
FRANZ KAFKA, Diarios 1910-1913. Ed. Marymar, 1978.