miércoles, julio 19, 2006

BELLEZA Y ANIMALIDAD

La imagen de la mujer deseable, la primera en aparecer, sería insulsa -no provocaría el deseo- si no anunciase, o no revelase, al mismo tiempo, un aspecto animal secreto, más gravemente sugestivo. La belleza de la mujer deseable anuncia sus vergüenzas; justamente, sus partes pilosas, sus partes animales. El instinto inscribe en nosotros el deseo de esas partes. Pero, más allá del instinto sexual, el deseo erótico responde a otros componentes. La belleza negadora de la animalidad, que despierta el deseo, lleva, en la exasperación del deseo, a la exaltación de las partes animales.

GEORGES BATAILLE, El erotismo. Ed. Tusquets, 2002.