lunes, julio 03, 2006

EPICTETO (50-127d.C)

Había llegado a Roma con las piernas atadas por un destino de esclavo. Su mala estrella lo había llevado hasta Epafrodito, un liberto dueño de un alma grosera a quien Nerón había tomado a su servicio. Epicteto jamás había renunciado a la soberanía que pretendía ejercer sobre sí mismo. Su cuerpo podía ser vendido o maltratado, su alma debía seguir siendo una fortaleza de la cual él era el único amo. Sin embargo, Epitecto había sufrido todas las vejaciones y todas las humillaciones (...) aprendió entonces una filosofía que pretendía convertir al individuo en indiferente y libre respecto de lo que no dependía de él, pues no podía dominar esos elementos exteriores. Sólo por su actitud interior pasaba su poder. Epicteto habría de reflexionar durante su vida respecto de la manera en que todo hombre, dado que se encuentra esclavo de las circunstancias a las que la existencia lo ha arrojado, no debe contar más que con su libertad interior y su voluntad (...) Día tras día, el joven consideraba de modo diferente el dolor sufrido (...) Su amo se enteró un día del contenido de las enseñanzas estoicas (..) "-¡Qué maravilla! ¿No se debería sufrir por el mal que se nos infige? Ven cerca mío, pequeño filósofo insensible, veamos si aprendiste bien la lección. Siéntate muchacho y tiende la pierna hacia mí." Enseguida, Epafrodito se apodera del pie de Epicteto con ambas manos y empieza a torcerle la pierna con una brutalidad inusitada. Asegurado ya del resultado, le pregunta: -¿Sigues sin sentir nada?. El amo termina por romperle la pierna a Epicteto, que no se ha movido nunca. Cuando Epafrodito se detiene, disgustado con ese silencio, oye a su esclavo concluir sin el menor temblor en la voz: "-Te dije claramente que se rompería."
Epicteto guardó de esa prueba una renguera definitiva, al tiempo que una sensación invencible de libertad. Al ser liberado tras la muerte de su amo, fundó en Nicópolis una escuela donde impartía enseñanzas estoicas accesibles y prácticas. Enseñó a generaciones de alumnos a apreciar los acontecimientos tal como ocurren. De manera simple y resuelta.

ROGER-POL DROIT-JEAN DE TONNAC, Tan locos como sabios. Ed. F.C.E, 2003.