viernes, junio 02, 2006

DATOS

Durante las crisis lo bueno para la persona singular es que no se la vea; y lo mejor, no estar presente. Aquí tienen importancia dos presupuestos: el camuflaje y la movilidad.
El enorme valor que hoy se otorga a la "protección de datos" es un testimonio de que las necesidades de seguridad han crecido mucho. Parece perdida de antemano la batalla de la persona singular contra el "tratamiento de datos", si tenemos en cuenta que, además del Estado, de la sociedad, de la economía y, ante todo, de los medios de comunicación, hay también otros grupos que se ocupan de examinarnos a todos y cada uno de nosotros con rayos X, hasta en los menores detalles. Eso comporta que siempre "haya algo" contra uno.

ERNST JÜNGER, La tijera. Ed. Tusquets, 1997.