jueves, junio 29, 2006

EL JUICIO DEL MONO

Darwin propinó al orgullo humano el golpe más violento de toda su historia: le quitó al hombre el lugar de protagonista de la Creación, amo y señor de la naturaleza, para convertirlo en un accidente más en la historia de la biología. Por supuesto semejante desplazamiento no fue recibido con placer (...) En los años 1920 (...) la mayoría de la gente no creía en la teoría de la evolución (que aceptaban los científicos); en los Estados Unidos, una ley del estado de Tennessee prohibió enseñarla: "La teoría darwiniana será ilegal para todo profesor, en cualquiera de las universidades, colegios normales y otras escuelas públicas del Estado". Tres estados más se adhirieron a la prohibición, y a raíz de ella se desarrolló un resonante juicio que atrajo la atención de todos los Estados Unidos, y que fue bautizado como "El juicio del mono". En 1925, un maestro de Tennessee, John Thomas Scopes, joven profesor de biología, decidió desafiar públicamente la prohibición y enseñó la teoría de la evolución en su escuela, lo cual le valió la cárcel y el sometimiento a juicio, tal como estaba previsto. lo defendió Clarence Darrow, un célebre criminalista norteamericano, y actuó como fiscal William Bryan, que había sido varias veces candidato a la presidencia y siempre había sido derrotado. Como era previsible, el juicio, seguido con atención por todos los mass media del país, que estaban en acelerado desarrollo, se convirtió en una discusión que fluctuaba entre la biología, la teología y la interpretación literal de la Biblia. Bryan prestó testimonio como testigo, y Darrow lo interrogó sobre la creación bíblica y sobre distintos aspectos del asunto (...) Scopes fue declarado culpable y multado. Pero Bryan, agotado por la tensión y el calor, murió a la semana de celebrado el juicio. Scopes, por su parte, fue indultado y relevado del pago de la abultada multa, pero las leyes que prohibían enseñar el darwinismo no se abolieron hasta muchos años más tarde.

LEONARDO MOLEDO, Curiosidades de la ciencia. Ed. Sudamericana, 1997. Actualmente se libra, en el mismo lugar, una nueva batalla contra esta teoría (H.C).