jueves, agosto 03, 2006

AUTOCONFIANZA

Cuando está cerca de ti lo bueno, cuando tienes vida en ti mismo, no es por los caminos conocidos o acostumbrados; no descubrirás las huellas de ningún otro, no verás la faz de ningún hombre; no oirás nombre alguno: el camino, el pensamiento, el bien serán totalmente extraños e inéditos. Quedarán excluidos el ejemplo y la experiencia. Tú tomas el camino del hombre; el camino, que no al hombre. Todas las personas que han existido alguna vez son sus ministros ya olvidados. Temor y esperanza son lo mismo bajo él. Hay algo de poco valor incluso en la esperanza (...) Sólo la vida vale, no el haber vivido. La fuerza cesa en el momento en que reposa; consiste en el instante de pasar de un estado a otro nuevo, en el lanzarse a un intento. Un hecho que el mundo detesta: que el alma llegue a ser; porque eso degrada el pasado para siempre, convierte en pobreza las riquezas todas, la reputación en vergüenza, confunde al santo con el bribón (...) ¿Por qué, entonces, hablamos de confianza en uno mismo? Mientras esté presente el alma habrá poder agente. Hablar de confianza es una manera de hablar pobre y periférica. Hablemos, más bien, de lo que contagia, porque actúa y es (...) Quien aspira a ser un hombre, ha de ser un inconformista; quien desee ganarse los laureles de la inmortalidad, no debe dejarse obstaculizar por el nombre de la bondad, sino que debe investigar si en verdad eso es bondad. En última instancia, nada hay más sagrado que la integridad de tu propia inteligencia. Libérate a ti mismo y tendrás el apoyo del mundo entero.

RALPH WALDO EMERSON, Confianza en sí mismo. Ed. Porrúa, 1990.