miércoles, agosto 30, 2006

LA SITUACIÓN TERAPÉUTICA

Las investigaciones fructíferas más recientes ponen de relieve algo: casi todos los tipos de tratamiento psicoterapéutico practicados medio en serio y de modo persistente revelan en mayor o menor medida las mismas cuotas de éxito y fracaso. De ahí que se pueda extraer la conclusión de que los métodos y sus fundamentos no tienen más que un significado secundario. El factor activo y agente de la curación radica probablemente en la situación terapéutica como tal, por tanto en lo que produce efectos positivos para la mayoría de los hombres cuando ellos, tras un período de autodescuido y privaciones psíquicas, pueden conversar durante cierto espacio de tiempo acerca de sí mismos con una persona que los toma en serio de una manera seria. Todo lo restante es algo accesorio y superestructural, lo que cuenta es la situación básica de diálogo: en medio de un clima en el que reina la atención afectiva con un interlocutor impertérritamente constructivo, pueden alcanzar expresión algunas perturbaciones. Es en ese momento en el que todo marcha bien, cuando se hacen experiencias que permiten ocupar de manera positiva el espacio del otro. En el marco de la polemología esto mismo se denomina "proceso de paz". A la vista de este acontecimiento básico, resulta casi indiferente saber qué tipo de profesionalización desarrolla la parte terapéutica para justificar la situación terapéutica. Aquí nos las tenemos que ver con grandes variantes y también con ejercicios preliminares de alto valor histórico. A este respecto, en Esferas I he llamado la atención sobre esta antigua historia de las técnicas de cercanía en los albores de la sociedad burguesa. Ya en el siglo XVIII se necesitaban pretextos científicos para que los hombres quisieran reanimarse e impresionarse "magnéticamente". El sistema de distanciamiento del yo, consolidado en las sociedades del siglo XIX, requiere para tal fin una fundamentación de situaciones de cercanía, y vale como la mejor justificación del objetivo terapéutico, codificado científica y médicamente, hasta el momento actual.

PETER SLOTERDIJK-HANS HEINRICHS, El sol y la muerte. Ed. Siruela, 2004.