Qué es lo cómico? De una manera general, cómico es "la subjetividad que se contradice a sí misma y que disuelve su propia acción permaneciendo serena y segura de sí". Lo cómico, por tanto, desarrolla la aporía de la forma irónica y termina por disolver su sujeto; en él se disuelve esta acción misma que abolía todo presupuesto exterior al Yo. Lo cómico es el mundo de la mediación universal, donde ningún fundamento es predicable, alcanzable (...) Así, la acción del sujeto conduce inexorablemente a resultados contrarios a sus propios fines, y toda forma no puede ser concebida más que de-formándose en una relación con una infinidad de otras formas posibles. "No existen combinaciones imposibles" (Gombrowicz). Lo que es imposible es "fundar" una ars combinatoria que no resulta de ningún proyecto, de la que nadie es agente, y en cuya creación participa nuestro ojo mismo. Es imposible juzgar y ser juzgado. El juicio consiste en el proceso mismo. De ahí el carácter profundamente cómico de Kafka, o de la Acción Paralela de Musil. De ahí el carácter profundamente cómico de esta libertad sin empleo, que es propio de la acción del arte contemporáneo y que se abisma en sí mismo, libre de todo fundamento, y por lo tanto de toda finalidad propia. Pero la reflexión que disuelve todo lazo causal, toda relación denotativa entre la palabra y la cosa, la voluntad que se destruye a sí misma, no permite por ello hablar de forma cómica. Hace falta todavía que, en el Gran Juego ("espiritual" que penetra cada aspecto, pero que permanece en él absolutamente inmanente), la risa pueda resonar ruidosamente, serena, sin la más mínima maldad o burla. La sátira no ríe, juzga. La ironía no ríe, disuelve. Cómica, en cambio, es la situación misma, esa red irreductible de máscaras y de roles que deben continuamente fingir, en el sentido etimológico del término, es decir dar forma, inventar proyectos y fines, que sin cesar naufragan y sin cesar resurgen. Aquel que actúa, y que reflejando actúa perfectamente, perfectamente educado a todos los medios y a todos los artificios de la reflexión, como el Monsieur Teste, y que, al mismo tiempo, es consciente de la contradicción que lo habita, "libre" de las consecuencias de su acción, esta es la verdadera "persona" cómica.
MASSIMO CACCIARI, El dios que baila. Ed. Paidós, 2000.