"...Un pasado apócrifo, a la vez estoico y orgiástico, en el que he desafiado y peleado para caer al fin, silencioso, en un oscuro duelo a cuchillo." La frase está en las "Páginas complementarias" que Borges agregó, muchos años después, a su Evaristo Carriego, publicado en 1930. A diferencia de los poetas gauchescos, hombres que pelearon en las guerras del siglo XIX, guerreros, políticos improvisados, periodistas de batalla, Borges debió imaginar una familiaridad con la violencia. Este fingimiento habilita el adjetivo "apócrifo" y también hace posible que el pasado sea, contradictoriamente, "estoico" y "orgiástico", uniendo lo que Nietzsche separaba en el Nacimiento de la tragedia. El mito se sustenta en la fusión de los opuestos: una moral criolla, austera y silenciosa, y un impulso atávico, sanguinario e inmotivado. En la biografía apócrifa de la también apócrifa Enciclopedia Sudamericana, del año 2074, que Borges agrega a sus Obras Completas, insiste: "Pensaba que el valor es una de las pocas virtudes de que son capaces los hombres, pero su culto lo llevó, como a tantos otros, a la veneración atolondrada de los hombres del hampa. Así, el más leído de sus cuentos fue Hombre de la esquina rosada, cuyo narrador es un asesino. Compuso letras de milonga, que conmemoran a homicidas congéneres". El texto es irónico, pero sería un error leerlo sólo irónicamente. Al siglo XIX, y a los antepasados que evoca, hombres todos del XIX, Borges les atribuye el temperamento que corresponde a un mundo gobernado por las pasiones y las virtudes que estas exigen. En las primeras décadas del siglo XX, ese núcleo afectivo se transforma pero no desaparece, migra de un sector social a otro (de gauchos y estancieros a compadritos), del espacio de la llanura a los suburbios de la ciudad, y del centro de una ciudad pastoril a las orillas de la cultura, orillas que visita Borges. Sometido a crítica, es, al mismo tiempo, un mito que articula un conflicto de ideas desde los primeros libros de poemas hasta los últimos cuentos de El informe de Brodie, donde se publica el bárbaro relato de la carrera entre dos degollados.
BEATRIZ SARLO, La pasión y la excepción. Ed. Siglo XXI, 2003.