lunes, mayo 29, 2006

EL CASO ARGENTINO

La particular violencia del caso argentino, con una secuela de treinta mil desaparecidos sin paralelo con ningún país latinoamericano -a excepción de Guatemala-, puede pensarse precisamente por la extensión e influencia de los movimientos armados. Si cualquier política alternativa era inadmisible para el imperio, y debía ser erradicada, mucho más drástica debía ser la respuesta a aquellos movimientos que se atrevían a competir con el poder armado del Estado; ante ellos sólo cabía el exterminio (...) Así pues, se procedió a cortar de raíz, a exterminar todo germen de organización que existiera en las sociedades latinoamericanas, del signo que fuera, pero, en particular, se trató de aniquilar, sin apelación posible, cualquier intento de desafiar el monopolio del Estado en el uso de la fuerza. Se podría decir que esta violencia de "escarmiento" del Estado, contra aquellos que intentaban poner en entredicho su núcleo más medular, permanece como memoria de un miedo gigante que no se atreve siquiera, en el presente, a reconsiderar la difícil y decisiva relación entre política y violencia.

PILAR CALVEIRO, Política y/o violencia. Ed. Norma, 2005.