martes, mayo 30, 2006

SPINOZA

A diferencia de Lipsio y de Hobbes, Spinoza no se detiene en la condena de la sedición y de los tumultos, ni se limita tampoco a subrayar tan sólo los aspectos virtualmente positivos en el aumento de las energías potenciales del Estado, como había sido sugerido por Maquiavelo con respecto a la República romana. Al contrario de los detractores de la democracia y de los derechos de la multitud, es decir, de cuantos afirman que la "plebe o sirve con humildad o domina con soberbia, que no tiene verdad ni juicio, etc.", él se limita simplemente a observar que la naturaleza es idéntica en todos los hombres. Éstos se comportan con mayor o menor racionalidad respecto de las pasiones que los dominan y de las ideas adecuadas o inadecuadas dentro de las cuales enmarcan sus mutuas relaciones. Si se condenan los excesos del pueblo, ¿qué decir entonces de la prepotencia de los nobles, cuya soberbia desmedida y ambición funesta parecen menos graves sólo porque están consagradas por una más dilatada costumbre en el poder? "Su arrogancia, no obstante, está revestida de fastuosidad, de lujo y de prodigalidad, de cierto encanto en los vicios, los cuales, cuando se los considera uno por uno, que es como más destacan, parecen dignos y hermosos a los inexpertos e ignorantes". El vulgo se comporta de manera pasional, superticiosa y violenta, precisamente porque ha sido a menudo sistemáticamente mantenido apartado de la política y del ejercicio del poder, obligado a adivinar por signos dispersos e hipótesis indemostrables lo que ocurre a escala del Estado: "Finalmente, que la plebe carece en absoluto de verdad y de juicio, no es nada extraño, cuando los principales asuntos del Estado se tratan a sus espaldas y ella no puede sino hacer conjeturas por los escasos datos que no se pueden ocultar". Pero una política que -conjugando racionalidad y pasión, cálculo e imaginación- se desarrolla en la penumbra del despacho de los príncipes y que deja filtrar al exterior nada más que oscuros mensajes o falsas pasiones es "necedad supina": es una de las causas principales que empujan al pueblo a sentir miedo o a vivir en el miedo.

REMO BODEI, Una geometría de las pasiones. Ed. Muchnik, 1995.