El año 1977 empezó con la noticia de la separación de Invisible y el rumor de que "Las golondrinas de Plaza de Mayo" no podía difundirse por la radio: era una de las tantas canciones prohibidas por los militares, que empezaban a intensificar los controles sobre los medios y las industrias culturales. Unas semanas antes, el nombre de Spinetta había figurado en la planilla de músicos nacionales y extranjeros que el capitán de navío Adanoli, interventor de (radio) El Mundo, Mitre y Antártida, ordenaba no difundir. Lo que pocos supieron en ese momento fue que Spinetta acababa de ser detenido "por averiguación de antecedentes". Se trató de una detención menor, pero de una transitoriedad suficiente como para que el músico experimentara la represión en uno de sus aspectos más siniestros. En el calabozo donde Luis pasó un par de horas, un grafitti en la pared reproducía la letra entera de "Cementerio Club", del disco Artaud. Al descubrirlo, a Spinetta se le heló la sangre. Y lloró por el destino de aquel chico desconocido, aquel oyente de Pescado Rabioso. ¿Qué había sido de él? ¿Estaría de regreso en su casa, escuchando música? ¿O habría sido derivado a otra comisaría, o silenciado sin explicaciones, sin pistas? Hasta ese momento, Spinetta no había sentido tan directamente los efectos de la represión ilegal. Tenía noticias de gente desaparecida, de que el nombre de Tommy figuraba en listas negras y de que varios amigos de su baterista Pomo ya habían sido chupados por los militares. Pero a medida que avanzaba el año, entre disoluciones, listas negras y experiencias como la de aquella detención, el mundo se iba ensombreciendo cada vez más.
"Cementerio Club": aquella letra se había vuelto folklore, pero en un sentido diferente del de los libros de antropología, porque esta vez, anónimo era el oyente, no el músico. No sólo eran blancos los estudiantes imaginados por (el ministro de educación) Bruera: también los detenidos que anotaban letras de Spinetta en las paredes de las cárceles. En los próximos años Pescado Rabioso figuraría entre los nombres borrados de las programaciones radiales. Rezarían las listas del Comfer: "Pescado Rabioso. Grupo musical prohibido".
SERGIO PUJOL, Rock y dictadura. Ed. Emecé, 2005.