viernes, mayo 26, 2006

RITOS Y MITOS TACANA

Las tribus del grupo tacana practicaban una iniciación doble de los muchachos y muchachas, con ritos de mutilación corporal concebidos, tal parece, para afirmar una equivalencia de los sexos a pesar de su aparente diversidad. El mismo cuchillo de bambú servía para cortar el frenillo del pene de los muchachos, a hender el himen de las chicas. Una conducta reprensible tenía por sanciones paralelas el suplicio de las hormigas si el culpable era una mujer, el de las avispas si era un hombre. Y si bien la vista de los ídolos y de los objetos del culto estaba prohibida a las mujeres caviña, éstas disfrutaban del raro privilegio de tocar la flauta, en tanto que los hombres cantaban. Este afán de igualitarismo ante los ritos va por cierto hacia una conmutatividad de los sexos a que los mitos tacana parecen aspirar confusamente. Podría ser también que esta forma particular de dualismo, tal como se expresa de diferentes modos en los ritos y en los mitos, se explicase por la posición de los Tacana (y de sus vecinos del grupo lingüístico pano), que los pone en la intersección de las bajas culturas de la selva tropical y de las de la meseta andina. Si estos mitos exhiben muchos puntos comunes con los del Chaco y el Brasil central, difieren también por la presencia en las versiones tacana de un protagonista divino, miembro de un panteón complejo que no tiene equivalente entre las tribus de baja cultura, y del cual incluso hay dioses con nombres quechuas. En el siglo XVII había aún objetos de origen peruano en los templos cuadrados que los Tacana levantaban en lugares aislados. En virtud del papel que toca a estas divinidades desempeñar, todas las funciones míticas, en cierto modo, se corren un escalón, mas sin que este deslizamiento hacia arriba acarree una perturbación de las funciones que tienen que permanecer aseguradas. Los mitos tacana salen de apuro, si pudiera decirse, haciendo corresponder dos semitérminos a una función.

CLAUDE LEVI-STRAUSS, Mitológicas. De la miel a las cenizas II. Ed. F.C.E, 1982.